domingo, 2 de agosto de 2009

El payaso ya no ríe más



Un día como hoy pero de 1921, muere el más grande tenor italiano, Enrico Caruso.

Para mi su mejor interpretación sin duda alguna es la ópera "Pagliacci", cuya aria más famosa es "Vesi la giubba".

Pocos saben que también fue un pionero en la música grabada, que empezaba a nacer a principios del siglo XX. De hecho, el disco de "Pagliacci", vendió nada más y nada menos que un millón de copias.

Tuvo 21 hermanos, de los cuales sólo sobrevivieron tres. Nació en Nápoles, el 25 de febrero de 1873. Vivió una infancia llena de miserias. Estudió apenas unos pocos años, pues su padre, un humilde mecánico, deseaba que siguiera sus pasos en el oficio y a fuerza de golpes lo puso a trabajar. Enrico quería ser cantante y su madre lo animaba para que luchara por conseguir lo que deseaba. Su primer maestro fue Giuseppe Vergine, quien a pesar de haberle visto pocas posibilidades, accedió a que siguiera bajo su dirección. Caruso, pese a la pobreza en que vivía, se esforzaba por llevar una apariencia impecable.

Se dice que llegó a teñir su único traje negro cuando perdió su color, que hacía pecheras de papel para cubrir el mal estado de sus camisas, y que cantaba en bodas y funerales para reemplazar sus zapatos cuando se deterioraban. A lo largo de su vida, mantuvo su pulcritud y elegancia, y no desaprovechaba las horas de baño y las visitas al barbero para estudiar o ensayar el papel que representaría.

Una vez terminados sus estudios, consiguió que su maestro le consiguiera un papel de tenor sustituto en una pequeña compañía ambulante de ópera... Pero su primera intervención fue un desastre. Un día que la compañía visitó una ciudad donde tenía conocidos, seguro de que sus servicios no serían requeridos, salió a tomar unas copas con sus amigos. Para su sorpresa, después de un rato llegó el recadero a avisarle que su presencia era necesaria en el teatro. Y salió a escena, pero traía demasiadas copas encima. Aunque cantó bien, su estado lo hizo tropezar con otros actores y dar traspiés mientras el público reía a carcajadas y le gritaba "borracho".

El resultado de su primera actuación fue el despido, pero al público le había caído tan en gracia que cuando se hallaba ya en su pequeño cuarto desolado por su fracaso, volvieron a buscarlo porque el público lo aclamaba. Tenía entonces 19 años.

Para 1903, hizo su primera presentación en Estados Unidos, en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Admirado por su voz, Enrico Caruso era además un extraordinario ser humano. Se dice que prefería ir a pequeñas fondas para evitar los grandes restaurantes donde al verlo llegar los presentes estallaban en aplausos. Otra anécdota asegura que cierta noche, en Bruselas, escuchó desde su camerino el descontento de varias decenas de personas que no habían alcanzado boleto. Luego de un instante de meditación, empezó a cantar las principales piezas de la ópera para su público que desde la calle le aplaudía.

Llegó a cobrar hasta quince mil dólares en su tiempo por una presentación, y se cree que a lo largo de su carrera ganó casi diez millones de dólares. Pero nunca dudó en ayudar a sus semejantes y contribuía al sostenimiento de más de doscientas personas. En 1920 cantó por última vez en el Metropolitan Opera House de Nueva York y murió, como ya dije, un día como hoy de 1921.
Por si alguna vez se se han preguntado de qué trata, es la historia de un actor llamado Canio que trabaja en una compañía junto con su esposa Nedda. A su vez, Nedda es acosada por otro actor llamado Tonio, al cuál ella rechaza. Cuando Tonio está espiando a Nedda, se entera que ella está enamorada de Silvio, quien le propone huir esa misma noche al terminar la función. Tonio, por venganza, decide contarle a Canio lo que está pasando. Canio enfurece, y sus compañeros intentan calmarlo, pues la función está a punto de comenzar. Ya en escena, Canio pierde el control y en pleno escenario, mata a Nedda y a Silvio.

Para verlo da click aqui

sábado, 1 de agosto de 2009

El Club Dante


Estamos en Boston, el año es 1865. Cuatro profesores de la Universidad de Harvard trabajan en lo que será la primera traducción al inglés de "La Divina Comedia" escrita por Dante Alighieri.
Paralelamente, comienzan a suceder una serie de asesinatos en la ciudad, todos y cada uno de ellos con increíble similitud a los castigos a los que fueron sometidos los personajes de "La Divina Comedia" en los círculos del infierno. Los traductores sienten miedo, pues no hay nadie más en la ciudad, ni en todo Estados Unidos, que tenga conocimiento de la obra de Alighieri.
Si los asesinatos continúan y la traducción es completada, entonces las autoridades inmediatamente señalarán a los miembros del Club como responsables, censurarán el libro para que nunca salga a la luz y sobre sus cabezas se cernirá la duda y la sospecha para siempre.
Las opciones son muy simples: Dentro del Club Dante hay un asesino, o alguien está teniendo acceso a esta información. Pero... quién es y cómo la obtiene? Todos son sospechosos, cualquiera de los miembros de este respetable Club podría resultar no tan respetable después de todo…
Es por esta causa que deciden tratar de encontrar al asesino antes de que éste los encuentre a ellos y antes de que termine con su reputación y el trabajo al que le han dedicado los últimos meses de sus vidas.
Pero claro, no será tan fácil dar con el asesino. Las pistas son pocas y los indicios confusos. Es una carrera contra el tiempo que tienen que ganar por su propio bien y por la seguridad de todo Boston.

Este libro fue escrito por Mathew Pearl, mezclando datos históricos con ficción, dando como resultado una novela histórico-detectivesca. Fue comparado con "El nombre de la Rosa" de Umberto Eco y elogiada ampliamente por el autor de "Código Da Vinci", Dan Brown. Best Seller a nivel mundial, respaldado por la crítica de diferentes países. Se ha publicado en 21 países y se presume que próximamente ha de ser lanzado al cine.

Su lectura es ágil, ya que el suspenso no se pierde ni por un momento. Una vez iniciada su lectura, es difícil soltarlo, pues la incertidumbre mantiene al lector pensando en cómo irá a terminar todo.